Sociedades cavernícolas.

Le puse una intención al universo: «Abrir los ojos, liberarme de todo lo que no es bueno para mi», exhalé y seguí caminando.
Desde que vivo la numerología la he practicado con vehemencia, he recibido sus señales, me he informado, las he seguido, y han resultado. Caminaba pensando en la intención y vi en un letrero de pizzería un 4444. Sabía que el universo empezaba a responder, y el juego acababa de empezar….

Los días y meses siguientes a septiembre fueron de fuertes sacudidas. A nivel mental muchos constructos se iban cayendo, otros mutaban, otros me cambiaban por completo. Empecé a observar a las cosas y a mi con otros ojos. A continuación, algunas de las respuestas a mi pedido:

Me fijé en este sistema que nos gobierna y nos corrompe y las múltiples formas en que lo hace, decidí que quiero mantenerme al margen de sus formas engañosas de atraparnos, de las doctrinas, la política, las religiones, el fútbol, las guerras, y las nuevas tendencias todas vacías. Nos metieron en la cabeza que la vida consistía en ocupar la mayor parte del tiempo en trabajar para conseguir un salario pocas veces justo, y con ese salario consumir; consumir modas, vicios, fama, bienes. Una mátrix inhumana de la que me revelo porque está gobernada por el poder del dinero, porque han olvidado y les hicieron olvidar a todos, que el amor es la fuerza más poderosa porque da vida, y de qué sirve todo lo material si no estamos realmente vivos? y si no tenemos una vida que valga la vida? La gente ya no tiene propósitos, se habla de responsabilidad social y ambiental pero no pasa de las palabras. Nos hicieron creer que representamos números, que sólo somos cifras. Que X número de seguidores son reflejo de talento, de calidad, de una vida feliz.

Entendí que el problema de vivir sin humanidad es que empezamos a tolerar lo intolerable, a hacer lo impensable. Los valores son una utopía, y la «viveza criolla» se confunde con inteligencia.

Por otra parte, el dinero se ha convertido en el rey!! maneja máquinas y personas. Muchos han sido usados por el dinero para destruir familias y amistades. Hay que pensársela dos veces antes de hacer un negocio, cada vez encuentro menos gente en la que confiar realmente.

También, la gente bebe hasta morir,literalmente aunque sea lamentable. No hay concierto en el que no se beba, aún es común ver peleas entre borrachos al final de algún evento. Alcohol para el ceviche, alcohol porque es viernes, alcohol para celebrar y alcohol para los malos ratos. ¡Vivimos intoxicados! Parece ironía pero esos que beben son los mismos padres que se molestan y castigan a su hijo adolescente cuando llega con olor a cerveza, yo me pregunto: ¿con qué cara podría yo reclamarle algo que hago cada fin de semana? Incoherencias…

sabías que el dolor de cabeza en el chuchaqui son conexiones neuronales muriendo?

Pero, a quién le importa estarse matando?. Las cajetillas de cigarrillos tienen imágenes horribles con el ánimo de prevenir. No lo logran. Al contrario, cada vez hay más gente burlándose de que siguen fumando a pesar de verlas… Nos dicen que hagamos ejercicio y nos seguimos quedando quietos. Nos dicen que la cocacola hace daño, y la tomamos en tragos grandes. Nos dicen que debemos comer bien, y somos incapaces de decirle que NO a un antojo.

¿Por qué es más barato comer comida chatarra que comida saludable?
Algo está realmente mal.

Las vidas «perfectas» de las redes nos alejan de las vidas reales. Procrastinamos todo el tiempo. ¿En qué momento nos llegamos a convencer de que la vida de los que veo a través de la pantalla es más importante que la mía? y que es tan importante que merece que pierda mi tiempo admirándola; tiempo que lo podría usar en mí, en mi proyecto, en mis estudios, en mi trabajo, en hacer ejercicio, EN DORMIR TEMPRANO! El arte con ello se ha desvirtuado en un espectáculo. El mundo consume más espectáculo que arte.

No me considero una mujer aburrida, no quiero que creas que ésto que escribo es con intención de juzgar. ¿Quién soy yo para juzgar a otro? Pero sí he pensado mucho al respecto, y lo que opino es lo que he ido observando y viviendo. Yo vivo comprobando teorías.

Una de esas teorías es que no se necesita alcohol para pasarla bien. He ido a fiestas, me he tomado unos tragos y la he pasado fabuloso. También he ido a otras y he estado sobria, pero esas han sido las mejores farras de mi vida.

Ví a la gente ser, tal como es, sin mis gafas de expectativas. Algunos me asombraron y otros me mostraron cosas que no me gustó ver. Pero entiendo que somos espejos y ante sus reflejos, trato de pulirme, de no criticar lo que yo soy, de ver con bondad y actuar con bondad, tal como me gustaría que fuese conmigo. Y seguir.

Me detuve a pensar cómo cambio yo, y cómo cambia todo continuamente. Porque la mujer que yo era antes, ya no está más. El mundo es como es, y ante ello, sólo queda ser mi mejor versión. Competir conmigo y ganarme a mí, sólo a mí.

Mi intención se ha concretado. Abrí los ojos y mis ojos ya no buscan belleza, buscan verdad.

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