Qué pasa conmigo y la luna llena

Siento que las cosas al fin se aclaran ante mis ojos, no puede ser coincidencia que la luna esté redondita y brillante frente a mi escritorio. Sacando muchas cosas a la luz, o soy yo que al fin me saco los gafas o limpio los vidrios de mis lentes?… desde aquí todo se ve más claro.

Como la naturaleza misma, la luna es salvaje y directa. No se anda con rodeos, todo lo que no he querido ver ni escuchar, se hace visible. La luna llena viene a decirme que se completa un ciclo quiera o no.

Si estoy en equilibrio con ella, mi piel se siente radiante! las ondas de mi cabello brillan y bailan con el viento. Me siento muy linda y el universo lo siente y me ama. Soy graciosa, social y fluida. Brillo, existo realmente, soy yo, me habito. Y tengo el poder de estar plenamente presente, decidir, tener control y dominio propio, fluir, aceptar, soltar, habitar.

Si voy en contra del ciclo me hago invisible, me olvido de mi y me apago. Yo misma soy capaz de apagarme. Se siente como si me aferrara a una versión a medias de mi. como si de alguna extraña manera, en el fondo, no me diera la oportunidad y el derecho de ser completamente feliz. En esos momentos, a veces siento culpa por sentirme así, por no ser capaz de despertar, por no haber despertado antes, entonces respiro y me despierto ahora. Me soy frontal, no es momento de hacerme ideas en la cabeza, es momento de decirme las cosas tal y como son y en seguida preguntarme qué haré al respecto… si pierdo mucho tiempo me quedo flotando en la invisibilidad y el conformismo me deja apagar.

Para evitarlo, uso el fuego, bailo, sudo, salgo de la cama. Prendo velas e intenciono mi día, nada muy complejo, algo que me haga bien. Busco incansablemente momentos de conexión conmigo misma, sentirme, darme tiempos de calidad, sentir eso que me está paralizando, qué me quiere decir? qué me viene a mostrar? me miro sin juicios, me entiendo, me amo, me perdono y me ayudo. Empiezo de nuevo una y otra vez, sin darme por vencida. Nadie debe darse por vencido conmigo mismo.

Cuando estoy acorde, se despierta la guerrera, una leona, una musa, venus. Mi corazón dice siempre su verdad y soy coherente con él. Se aviva mi necesidad de proteger y protegerme. Soy intensa, ardo, vivo plenamente.

En luna llena, los procesos pueden al fin llegar a su cúspide, cumplir su ciclo, mostrar su enseñanza, hay que dejarlos hacer su trabajo.

Muchas veces me pregunto: ¿cuánto sufrimiento me pude haber ahorrado si no hubiese soltado a tiempo las cosas? Qué linda la vida cuando estoy dispuesta a recibir.

 

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