Nuevo año, ¿nuevo yo? hazlo realidad.

Si, ya sé que todos los años decimos lo mismo. Pero ¿qué tal si este año lo cumplimos?

Empecemos entonces por el orígen y el motivo de todo o casi todo lo que vivimos: la mente, la conciencia. La mente acumula registros de pensamientos, conclusiones, decisiones, observaciones y percepciones de un thetán a lo largo de la vida.

¿Qué es un thetán?

El thetán es el espíritu y usa la mente como un sistema de control entre sí mismo y el universo físico

Scientology, 2017

Se ha oído hablar mucho en los últimos tiempos del despertar de conciencia, dicho término rescata la necesidad de introspección como mecanismo para comprendernos, cambiarnos y evolucionar. Si muchas conciencias despiertan, se comprenden, cambian y evolucionan, el mundo tendrá una nueva y mejor versión.

Todo lo creado tiene primero forma de pensamiento, los pensamientos son una arista de la mente. La mente debe ser cultivada para que de ella emerjan pensamientos dulces que se eleven y materialicen en cosas bonitas.

Entonces, ¿cómo cultivamos la mente?

  • Agradece: la gratitud moldea la estructura y mecánica cerebral, aunque parezca poético, ser agradecido mejora tu vida. Al modificar las percepciones que tienes de la vida, cambian también tus comportamientos y con ello, los resultados. La gratitud siempre trae más motivos para agradecer.
  • Conócete: quién soy? Qué quiero? Qué no quiero? A dónde quiero llegar? De dónde vengo? Qué necesito sanar? Cuáles son mis fortalezas? De qué forma puedo mejorar?
  • No te intoxiques: mantén distancia de la gente que vibra muy bajo, de los amigos que te fallan, de tu ex que vuelve sólo para hacerte perder el control, evita el ruido continuo y desmedido, la música sin contenido, las discusiones sin sentido, el sobrepensar, el exceso de comida chatarra, drogas y alcohol.
  • Medita: el ritmo de vida cada vez es más acelerado, tenemos más cosas que hacer y menos tiempo… el mindfulness es una opción increíble para meditar y conectarnos con el momento presente. El mindfulness es la conciencia plena, y su práctica busca centrarnos plenamente en lo que estamos haciendo, en el aquí y ahora, sintiéndolo en su totalidad.
  • Suelta: lo que no puedes cambiar, lo que no depende de ti, las expectativas, los miedos, la gente. Déjate fluir con el ritmo de la vida, ella traerá justo lo que necesitas en el momento indicado.
  • Deja de pensar: y empieza a sentir y actuar. ¿Quieres algo? hazlo. ¿Ya te cansaste de una situación? qué esperas para dar un paso al lado y seguir con tu vida? Pensar demasiado es una enfermedad, nos aleja de lo que SÍ es real y está sucediendo justo mientras tú te encierras en tu cabeza.
  • Muévete: sal de la cama, sal de tu zona de confort, busca algo que te guste, hazlo, conoce nueva gente, trabaja en nuevas cosas, aprende lo que siempre te interesó. No hay más tiempo! Has perdido mucho sin hacer nada.
  • Mímate: haz cosas POR ti y PARA tí. Es extraño lo difícil que resulta ser nuestra prioridad: trabajar en nosotros, en lo que queremos, en lo que deseamos, dejar de hacer lo que nos hace daño, invertir en nuestro bienestar. Todo el tiempo nos estamos dejando para después. Si quieres que las cosas cambien, primero debes cambiar tú.
  • Sánate: ¿vives lo mismo una y otra vez? ¿sabes en el fondo que algo no está bien? ¿No estás contento contigo, con tu vida? la sanación es un proceso gradual, con subidas y recaídas, pero con el fin último de estabilidad y bienestar. Encuentra tu medicina y úsala: puede ser el arte, la naturaleza, la música, el ejercicio, el voluntariado, mantenerte ocupado en algo que disfrutes, meditar, o asistir a terapia psicológica.
  • Si necesitas ayuda, pídela: las redes sociales y las vidas perfectas que ahí nos muestran, hacen que lleguemos a avergonzarnos de nuestros lowlights, que disfracemos nuestra tristeza, nuestro abandono, y mostremos una vida lejana a la que tenemos. Si te sientes triste, date permiso de vivirlo, de expresarlo, de contarlo y pedir ayuda. Habla con un PROFESIONAL. Si la tubería de tu casa se estropea, estoy segura que no le pedirás ayuda a un amigo, buscarías al mejor para que la arregle. Haz lo mismo contigo, date la misma importancia que le das al resto de cosas.
  • ¿Tienes sueños? Conviértelos en metas. Está bien que sueñes grande, que pienses en grandes cosas. Ahora es el momento de plasmarlas. Los primeros días de un año tienen una energía incomparable. Hay muchas conciencias vibrando en sintonía de cambio, lo que lo facilita y lo promueve. Entonces, date unos minutos para reflexionar y luego escribe:
  1. Qué es lo que quiero ser, lograr, en quien quiero convertirme. Recuerda que el propósito eres tú, el propósito nace de ti, en ti es quien debes trabajar.
  2. Dividelo en metas. Las metas te dan una idea más real y organizada de lo que deseas.
  3. Trázate los objetivos que te permitan lograr esa meta.
  4. Prémiate por los objetivos alcanzados, y cambia las estrategias que no funcionen para ti.

Usemos como ejemplo uno de los propósitos más comunes al empezar el año.

Quizás tu vida no cambia porque estás enfocando tu atención en aquello no tan importante: el resto de la gente y sus opiniones, los temas mediáticos, los placeres, los cuerpos físicos…si algo he aprendido es que si cambio yo, cambia el mundo. Entonces empecemos esta revolución desde adentro, con detalles simples, con cambios profundos pero sencillos.

1- MUÉVETE:
Mueve tu casa, tu cama, tu cuerpo. Camina, sal por las mañanas, sal de la rutina del trabajo, las relaciones y los patrones de vida. Cambia tu perspectiva. Acércate a aquellas personas con las que puedas ser auténtico y nutran tus sueños más locos. No necesitas mover montañas, trasladar una pequeña piedra puede hacer maravillas.

2- TOCA:
Toca las partes que amas de tu cuerpo. Da abrazos en la panadería, en el parque, en las puertas de toda la ciudad. Besa a la gente en la mejilla. Acaricia a tu gato o tu perro un poco más. Saborea la sensación de un pañuelo de seda, de una pieza de madera, de las diferentes texturas. El musgo, las cortezas, las rocas y el agua. Mientras más lo hagas te sentirás más a gusto con el placer de tocar.

3- ESCUCHA:
Siéntate en silencio y observa cuánto hay allí para ser escuchado. Escucha a la gente, lo que realmente están diciendo. Escucha hasta la última nota de cada canción. Escucha tu voz interna, esa que solo escuchas cuando la confusión de cada día disminuye. Oye el susurro de las hojas, el llamado de las ranas, el crujido de la madera, el sonido de la lluvia. Escucha con tu corazón y siempre escucha aquello que nunca es hablado.

4- SIENTE:
El dolor, experimenta el gozo, hasta que sientas que vas a evaporarte. Permítete reír hasta que te duela, siente el amor desde lo más profundo de tu corazón. Ríndete a la sensualidad de la vida. Enójate y expresa tu furia, si es el caso, pero hazlo a solas. Si no sientes de verdad, no estás vivo.

5- CONFÍA:
Tú sabes lo que necesitas saber. Detén tus dudas. Aquella cosquilla interna es tu más alta verdad y ella te servirá del mejor modo. Te arrepientes cuando desconoces o niegas tu intuición. Ten esto en cuenta: Finalmente, tú y sólo tú sabes lo que es mejor para ti. Si consumes, sin darte cuenta, todo tu día pintando, eso es lo que debes hacer. Si te encanta caminar al lado del océano, encuentra la forma de llegar allí. Si no confías completamente en ti, te conviertes en moho.

6- REÚNETE:
Con los hombres y mujeres que amas. Toma el té acompañado, camina en compañía por el bosque, conversa y habla, lee en voz alta para otros. Celebra que tu cabello, tu piel, tu cuerpo y tus historias son diferentes a las de los otros y a su vez son completamente parecidas. Cocina y come en compañía.

7- RECIBE:
Por una vez, deja de dar y dar y dar a todos menos a ti mismo. Acepta los cumplidos con gracia. La voz que necesitas oír, el abrazo, ese momento para conversar, la comida en tu mesa, el dinero que necesitas, siempre serán suministrados. Ábrete a recibir, abre tus manos para que sean llenadas con abundancia. Recibe todas las cosas buenas que mereces y recuerda mostrar gratitud por tu vida.

La mejor manera de cambiar es cambiar desde adentro, debes entender que todo lo que es para ti es una inversión, nunca un gasto. Tú eres el proyecto más importante de tu vida, trabajar en ti es el mejor empleo que puedas conseguir. Todo el tiempo, la energía, los cuidados, la ayuda que pones en ti, valen la pena, y sus resultados van a beneficiarte en todas las demás áreas de tu vida.

Siempre es un buen día para empezar, hoy es un buen día para empezar. El universo entero está a nuestra disposición para cuando decidamos ser mejores y estar mejor. Dale la bienvenida a una nueva vida, y recíbela con amor, entusiasmo y optimismo.

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