Me fue infiel, ¿y ahora qué?

Probablemente ésta es una de las situaciones más dificiles por las que hemos tenido que pasar al menos una vez en la vida. Y digo que es difícil, porque nos desestabiliza. Atenta contra nuestro autoestima, nuestra seguridad, nuestros esfuerzos… Todo aquello de lo que nos sentíamos confiados, se esfuma, y da la impresión de no haber existido jamás. Entonces nos invade una serie de temores, dudas, suposiciones. Nuestro cuerpo se llena de cólera, sentimos cómo la sangre nos llega a la cabeza y nos hace explotar en llanto o rabia. A veces, la noticia nos llega completa, otras, llega a medias y nace en nosotros un detective que se encarga de husmear hasta descubrir el primer indicio que demuestre que todo nuestro sueño, era irreal. Nos encanta el masoquismo.

Los días pasan, entre reproches, llanto, culpa, y mucha rabia.

A veces empezamos a fecundar una semilla de esperanza para retomar la relación con las disculpas y el arrepentimiento del otro, que por instantes nos recuerda que somos humanos, frágiles y que podemos caer en tentación. En otras ocasiones, el descubrimiento de la infidelidad se convierte en el fin de tu relación y el inmediato inicio de la otra.

La vida sigue y es un camino con tantas vías como decisiones. Entonces, frente a la infidelidad llega el momento de tomar una decisión, porque debe resultarte obvio que no puedes vivir toda la vida siendo infeliz, resentido, inseguro, y entonces, hay dos caminos:

  1. Perdonar y seguir con tu pareja
  2. Perdonar y soltar

Y sí, cualquiera de las opciones implica perdonar, porque el perdón te abre la puerta para seguir adelante, para volver a confiar, para tener relaciones sanas, para quererte mucho, para estar en paz. Perdonar te deja empezar de nuevo sin cargas innecesarias.

Si decides darle una nueva oportunidad a la relación, debes olvidarte de todo lo que pasó. Deben conversar con calma, llegar a acuerdos, y construir juntos una relación más sana que repare el quiebre.

Es sumamente importante tu trabajo individual. Inconscientemente, una infidelidad quiebra nuestro autoestima y suficiencia, pueden ocurrir pensamientos como: quizá la otra persona es mejor que yo, qué tiene ella /él que no tenga yo? Qué me falto hacer, dar, decir?

Nuestro trabajo diario va a estar enfocado en vernos tal y como somos: VALIOSOS.

Dedica tiempo para arreglarte antes de salir, escucha música positiva, reúnete con gente positiva, puedes escribir también mensajes resaltando tus virtudes o dándote ánimos, y ponerlos en el espejo o de fondo de pantalla. Piensa en ti antes que en la otra persona, lo que tú quieres, lo que tú mereces, lo que tú das, aprende a no ceder, deja atrás los viejos hábitos y empieza de nuevo, contigo. Las cosas alrededor van a ir poniéndose de maravilla!

Yo soy súper fan de las segundas oportunidades (Dios nos da mil!, Todos las merecemos) peeeero, ¡deja que se esfuerce! No basta con decirte disculpas, debe demostrarte que está arrepentido. Con sus hechos, debes tener la seguridad de que la historia no se va a repetir.

Recuerda: para qué meter las manos al fuego? es evidente que te vas a quemar….Y si no es la primera vez, mejor no perder el tiempo. Deséale lo mejor, y déjalo ir

Ésto nos lleva al segundo punto.

Perdona al otro por su inconsciencia, por su error, por su falta de respeto, por su traición a tu confianza, perdónalo por todo lo que tengas que perdonarlo. No te guardes nada. Y luego, perdónate a ti. No es tu culpa, suelta eso y libérate.

Cuando uno suelta lo que no le sirve, el universo abre puertas y canales de bendición y abundancia que llegan a ti de innumerables formas: amigos, oportunidades, familias más unidas, conocimiento, sabiduría, sanación.¿En qué momento disfrutas de las bendiciones si estás todo el tiempo sufriendo, quejándote, haciendo historias en tu cabeza? Vive bien!

Que te sean infiel es terrible, pero vamos! Nadie se ha muerto por ser cornudo, es más, yo hasta me he puesto más guapa. 😀

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