Irme a tiempo es mejor que sólo irme

Mi abuelita nos sacaba los dientes con hilos y muchas lágrimas, ya sólo me quedaba uno de leche que estaba flojo, pero que temía sacármelo por el trauma a la sutil técnica. Una tarde comía una naranja que se llenó de sangre, mi diente se había salido sin causarme ningún dolor; para ese momento, el diente que tenía que ocupar ese espacio, estaba creciendo fuera de lugar. Muchas, muchas veces, me arrepentí de no habérmelo sacado a tiempo.
Cuando no aprendes la lección, la vida se encarga de repetírtela las veces necesarias hasta que aprendas de la experiencia. A veces los dientes son personas, trabajos, obligaciones que mantienes por miedo. Miedo a quedarte sin nada, miedo a la soledad, a la incertidumbre, al cambio. Me pasó entonces que no aprendí y que coleccioné dientes por mucho tiempo.
Tuve «dientes trabajos» que mantuve por seguridad económica, cabe recalcar que no hay nada peor que hacer algo que no te gusta, el trabajo se torna tedioso. Me atormentaba madrugar, contaba los días para que llegue el fin de semana. Después de un par, empecé a pensarme muy bien los trabajos que aceptaba; no es que no tenga necesidades, pero ¿con ese dinero puedo comprar felicidad?
Tuve dientes obligaciones que mantuve por dejar para después: la tesis, aprender ese deporte que quería practicar, escribir «saritafrutal»… en fin, la procastinación es la peor idea. En terapia haciendo asociación libre mencioné: «Mi cabeza está viviendo un cambio, una revolución, pero mi cuerpo no la ejecuta»; entendí entonces que no bastaba con querer llegar a un lugar, se necesita dar al menos el primer paso.
También tuve dientes personas, amigos y parejas que amé con ganas, que disfruté al cien, pero que no solté a tiempo y se convirtieron en dolor. Antes de morir, el amor se disfraza de infinita paciencia y empezamos a pedirle al cielo señales que nos hagan dejarlos, a esperar que el otro cometa algún error que nos permita tener un buen motivo para irnos, a buscar razones para quedarnos, a justificarlos, a justificarnos. la ironía es que uno sabe perfectamente cuándo es momento de irse, pero no lo hace, y sabiendo cómo terminará, se queda a vivir la historia o intenta cambiarle el final. 
Siempre es importante hacer un examen de conciencia. Ser honesto contigo, poner la situación en una balanza y dejar que lo bueno prevalezca. Si dejaste de ser tú, si exigen más de lo que dan, si te sientes solo a pesar de tener compañía, si te culpan, hieren, ignoran, menosprecian a ti y a tus esfuerzos, es sencillo, tu misión ahí ha terminado.  
Yo no creo que el amor se desperdicie o sea una pérdida de tiempo, no hay nada mejor que salir de una historia con la tranquilidad de haberlo dado todo; sin embargo, he aprendido que hay situaciones y personas que no merecen que invirtamos nuestro tiempo arreglándolas porque nosotros no somos su solución. 
Soltar debe ser un ejercicio diario, y como a mi me va bien la onda espiritual, la combino con terapias cognitivo conductuales: oro mucho pidiendo resignación, voluntad y alegría, coopero con aquello que no puedo evitar, y me enfoco en lo que quiero lograr. La meditación es un camino realmente satisfactorio, trae muchísimos beneficios a corto, mediano y largo plazo y requiere de una sola cosa: atención. 

La idea es: 
1. Medita algunos minutos poniendo atención a tu respiración.
2. Cuando hayas logrado aquietar tu mente y sentirte en calma repítete a ti mismo:«Gracias XXX (nombra a la emoción, persona, objeto), me despido de ti, tomo la decisión de sanar»
3. Créete capaz de lograrlo.

A la par de la parte cognitiva, ocupar tu tiempo libre en actividades que te generen satisfacción: realizar  deporte, iniciarte en algún arte, ejercitar tu cerebro leyendo, estudiando, aprendiendo algo nuevo, te permitirá canalizar la energía, es además indispensable evitar «sobrepensar» la situación, por tanto, busca algo que permita que tu cabeza desenfoque la atención del problema.
Comprender y aceptar que somos temporales, que nada nos pertenece, que es preferible vivir un sólo dolor, que acostumbrarte a continuas desilusiones, y que lo único que tiene su rumbo fijo es el sol, lo demás, es un juego de azar.

Mientras escribía escuchaba:

https://www.youtube.com/watch?v=4cuTcuPQvCU
https://www.youtube.com/watch?v=XQMGhLc3MPw
https://www.youtube.com/watch?v=hC8CH0Z3L54
https://www.youtube.com/watch?v=X4Q7d0CtYyk

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