Estoy viviendo el eclipse total, super luna y luna de sangre – 20 de Enero de 2019.

La noche del domingo 20 de enero de 2019 a partir de las 21:37, hora Ecuador, se pudo presenciar tres espectáculos únicos, el mismo día y a la misma hora.

La tierra se interpuso entre el sol y la luna y ésta perdió su luz al pasar completamente por la sombra de la tierra (prudiciéndose así el eclipse). Además, al encontrarse la luna en el punto más cercano a la tierra, se la vio más grande, convirtiéndose en una superluna. El color rojo se debe a que durante el eclipse, la atmósfera de nuestro planeta dispersa la luz verde y azul dejando pasar sólo la roja, por tanto, la luna en vez de recibir la luz solar, recibirá el brillo rojo de nuestra atmósfera.

Desde hace unos días siento un fuerte deseo de arreglar todo. Limpié mi casa, mi habitación, me armé una oficina, hice mi espacio mucho más amigable.
En lo personal, he estado desprendiéndome de a poco de todo , de hábitos, de gente, de creencias. He estado también sintiendo la necesidad de cerrar ciclos, saldar deudas, hacer las pases, intentar cosas nuevas y empezar de nuevo. Mi intuición se ha agudizado, el universo me envía muchas señales, puedo percibirlas y siento que este es el momento de dejarlas fluir.

Cuando la tierra había tapado casi la totalidad de la luna y sólo quedaba la luna sonriente (menguante) me paré de la banca desde donde la veía y vine a escribir esto.

Como soy curiosa en lo que me interesa, empecé a leer todo sobre el eclipse. Desde astronomía hasta astrología. Encontré un par de meditaciones y practiqué las que me gustaron.

Yo no sé nada de astrología, pero el resumen de lo investigado es que el fenómeno supone el fin de un ciclo, trae consigo un nuevo comienzo después de una lucha entre lo que somos y el miedo al rechazo; entre lo que hacemos y lo que realmente queremos hacer. Este eclipse traería la resolución a ese conflicto, y la energía, voluntad y armonía para cumplir con el plan que elegimos.

De a poquito la Tierra tapó a Luna, le cambió de forma, la hizo morir. De a poquito la luna renace, más brillante y de otro color.

Son las 2 de la mañana y siento entonces una enorme luz brillando en mi cabeza. Recuerdo que en el temazcal pedí a las abuelitas rocas CLARIDAD, pongo los pies en la tierra y comprendo que el tiempo y las circunstancias que pasan son perfectos para mí, que mis preguntas están recibiendo respuestas y que nadie puede manejar mi centro. Debo ser mi propio maestro y mi propia revolución.

El universo encuentra hermosas maneras de enseñarnos todo lo que necesitamos saber. De nosotros, del Todo. ¿ No lo creen?