Sabremos lo precioso que es encontrarnos con almas resonantes y con gente de nuestra tribu, porque ya hemos conocido a aquellos que no lo eran.
La verdad es que no eres para todos y no todos son para ti, y por eso es tan especial encontrar a alguien con quien tener una relación genuina.
Después de repetir historias y daños planeé dejar de un lado el amor y empecé a construir mi vida con bases distintas, más profundas; comencé a meditar, a viajar sola, a interesarme por cosas nuevas, los números, los ángeles, los astros, la medicina… Empezó entonces el universo a hablarme de cambios y amor, los números me prometían compañía y luz, y todo mi ser vivía esa inmensa transformación. Como sabemos, Dios se ríe de nuestros planes, y me lo puso a él, igual de encaminado en la búsqueda.
A él lo conozco de antes. De alguna historia o vida pasada, eso podría justificar la cercanía, las coincidencias, las sincronicidades. Este sentir parecido a un hogar guardado en mi memoria, que sólo lo he vivido una vez y con seguridad fue con él.
Ya estuvo por años guiándome, y llegó a tomar mi mano y a hacerme correr mientras estallábamos de risa. Llegó para hacerme llorar en cada oración, para hacer que mi corazón se salga del pecho en un abrazo. Llegó para mostrarme mis zonas oscuras, y con paciencia, me ayudó a llenarlas de luz. Llegó para abrirme los ojos, para llevarme más alto, para llegar más lejos conmigo. Para motivarme, para amarme y para que yo me ame más de lo que nunca lo hice.
Él es una oración a media noche en mi cumpleaños, es lágrimas de amor y alegría viendo el cielo o enroscada en sus brazos. Es el dulce sabor de unas galletas con leche cuando ya es noche, y hace frío. Es fresas en la hamaca, lluvia, olor a madera y a cielo color piscina. Es promesas con certeza de que van a cumplirse, es ilusión, pasión y ternura en uno solo.
Hemos sido arte y artistas. De su ser nace la música más dulce y bella. Su risa, su nombre, sus sonidos hacen cosquillas en mi piel, y calman, alivian.
En sus manos he sido un bajo, una guitarra, también fui percusión. Fotografié su esencia y se percibe tan bello como yo lo veo, retrató la mía y él me ve hermosa . Y sé que el amor nos deja mirar con ojos bondadosos y puros, y sé que somos mejores frente a quienes nos aman, y sé que ellos son mejores por el hecho de amarlos.
Yo no sé qué tan lejos podremos llegar, no sé si compartimos camino, pero hoy, ahora, es el más bello presente y es la más sincera historia. Somos un equipo, nos impulsamos, nos ponemos la camiseta y ponemos ladrillitos en los sueños del otro.
Y como es normal, han pasado por nosotros dolores y alegrías; y es mentira cuando dicen que en el amor todo es fácil, no les crean a los cuentos de hadas. Nada que es fácil vale la pena. Las relaciones reales necesitan de compromisos y cambios reales. Pero que después del trabajo en equipo llegan los colores, eso sí que es cierto!