La de al lado no es competencia, es compañera.

¿Soy mujer y aún así me permito ser indiferente con otra mujer? Creo que algo está mal aquí.

«Nosotros»
Óleo sobre lienzo
(60x80cm)
Sofía Jiménez
@fosil_es

Empecemos de nuevo entonces. Estamos viviendo tiempos difíciles para las mujeres.

Cada 16 minutos se denuncia un delito sexual.

(SESNP, 2017)

Cada 40 minutos se denuncia una violación sexual.

(SESNP, 2017)

Se cometen 19 femicidios al día.

(ONU Mujeres, 2018)

Y me pregunto, cómo a pesar de ésto siguen existiendo riñas por cómo la otra va vestida, cómo se comporta, con quién ha tenido relaciones, de quién fue la ex, con quién sale, lo que hace cuando sale, bla bla bla… pura palabrería absurda.
¿Acaso eso nos hace mejores o peores? ¿Acaso existe una que esté libre de «pecado»? ¿Acaso no sabemos lo horrible que es llegar a un lugar y ser escaneada de pies a cabeza con ojos de desprecio, burla o envidia? TODAS hemos pasado por esto, ¿por qué nos olvidamos de cómo nos hicieron sentir? Y se nos ve por ahí con banderas, pero sigue la envidia. Y se oyen gritar marchas feministas, pero siguen murmurando chismes y mentiras, irrespetando a la otra, destruyendo relaciones, destruyendo dignidades, destruyendo autoestimas.

En estos días meditaba al respecto y encontré tan dolorosa la realidad que hemos creado. Yo soy humana, y también me he equivocado, pero estoy creciendo y reconozco mis errores… Le pedí conversar a una chica con la que sentía que habían heridas, las conversamos con cariño, y ya están en paz para poder sanar. Pero en esa charla, ambas descubrimos la fragilidad de la amistad. Ella con nostalgia me contó que había sido doloroso comprobar la cantidad mínima de amigas y personas leales con las que contamos; y es cierto, desenredamos un par de historias tejidas por la envidia de otras, y asusta.

Pensé: y en manada somos peores, qué vergüenza! Por defender a una amiga, empiezo a hablar mal de la otra, a inventar calumnias, a crear chismes. Creo que cada una debería empezar a pensar: ¿Me gustaría que digan cosas que no son ciertas de mi? ¿Me gustaría que me juzguen por mi forma de ser, actuar o vestir? ¿Me gustaría que cuenten mis secretos?

Quizá soy muy ingenua, pero quiero seguir creyendo en los abrazos y las palabras. Y no quiero blindar mi corazón, ni quiero que éste descubrimiento cree una barrera para mi. He vivido siempre con la filosofía de entregar mi amor a la gente que quiero sin restricciones ni esperando nada a cambio, y no voy a cambiar, sé que la recompensa viene siempre de arriba.

PEEEEROOO…. ya me solté la venda de los ojos y quiero expresarme y contarte que puedes sanar sanando a otras, que puedes amarte amando a otras. Quiero invitarte a que con cariño desates los nudos que tengas con otra mujer, le hables con cariño, aclares las cosas, sanes y sanen. Y bueno, también quiero sembrar una semilla y educar.

Sororidad. ¿Sabes qué es?

Es el término que hace referencia a la solidaridad entre mujeres, solidaridad que propicia la confianza y el apoyo mutuo. Y no se trata de ser necesariamente amigas, ni de que pensemos igual o estemos de acuerdo en todo; ni si quiera se trata de que nos caigamos bien. Pero sí se trata del respeto y el acompañamiento incondicional por la otra, nos recuerda que somos hermanas que vivimos en un sistema patriarcal del que hemos sido víctimas muchas veces. Para tener una idea de la influencia de éste sistema, el término sororidad ni siquiera está incluído aún en el diccionario de la RAE, hermandad es el sinónimo utilizado. ¿Qué injusticia no? El patriarcado persiste porque nosotras estamos peleadas.

Ser sorora es dejar de pensar que las mujeres representan una competencia y una amenaza, que es la manera absurda en la que nos educaron, y empezar a ser más empáticas, bondadosas y solidarias; y que descubramos que entre todas nuestras diferencias, hay algo en común: somos todas mujeres que vivimos a diario con lo que ésto implica.

Ya enfrentamos suficientes abusos como para abusarnos también entre nosotras. ¿No están cansadas ya? ¿No creen que llegó el momento de apoyarnos? De adueñarnos del mundo que nos pertenece. Y no pensemos en crear grandes movimientos de mujeres, o en liderar grandes causas. El cambio real está en lo simple, en lo mínimo, en lo cotidiano.

Con que cada una decida hacer al menos una de estas acciones, empezará a cambiar su realidad, y con ella, el mundo para todas las demás:

  • No voy a estar en un grupo de amigas que critique a la otra.
  • No voy a escribirle ni responder los mensajes a un chico que tiene novia.
  • No voy a hablar mal de la otra, incluso si hay motivos.
  • Voy a cuidar, defender, y apoyar a la otra como me gustaría que lo hagan conmigo.
  • No asumir frente a un abuso que la mujer «hizo algo para merecerlo», sino que voy a apoyarla.
  • Las trataré a todas, como me gustaría que me traten a mi.

La indiferencia nos está matando chicas. Suerte que entendí que la de al lado no es competencia, es compañera.

Un agradecimiento especial y mi profunda admiración y cariño a Sofi Jiménez y su obra sensible, dulce y llena de fuerza.

Gracias por tu aporte Sofi. Bienvenida a mi tribu. 🧡

Ella es la artista detrás del óleo, los colores y el pincel.


Encuentra aquí su trabajo:

https://instagram.com/fosil_es?igshid=s2dkuybdk65i
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